Hoy en día existen muchas
ofertas de ocio que incluyen el baile y la danza, dada su probado valor en el
campo de la salud como modulador de comportamientos saludables y en el ámbito
de la educación, como estrategia compensadora, sobre todo en aquellos
estudiantes que utilizan el enfoques profundos de aprendizaje. En definitiva, al
baile y la danza no solo se le reconocen la labor de facilitar las relaciones
interpersonales, interacción con compañeros y red de relaciones sociales más
estrechas (Expósito, García, Sanhueza & Angulo, 2009; Medina &
Cembranos, 2002), sino que ofrece la posibilidad de integrar los planos físico,
intelectual y emocional, aspecto esencial en la vida, tanto para la realización
personal como para el entretenimiento.
El cuerpo tiene muchas más posibilidades de las
que muchos conocemos o utilizamos.
·
Exploraremos el movimiento
del propio cuerpo a partir de diferentes situaciones y de la interacción con
otros cuerpos.
·
Buscaremos la manera más
eficiente de moverse, trabajando elementos técnicos de release y floor work.
·
Utilizaremos la música, -factor
fundamental en la danza como acontecimiento social- como elemento básico para
motivar y enriquecer el movimiento.
·
Aprenderemos a llevar
presencia e intensidad a cualquier simple movimiento. La música nos lo
facilitará y nos permitirá “disfrutar” de cada movimiento.
·
Proporcionaremos, en un
periodo corto de tiempo, un amplio rango de experiencias en torno a la danza,
el baile y las diferentes maneras de enfocarlos en los distintos contextos.
·
Contribuiremos a fomentar
hábitos que refuercen conductas saludables, y que los alumnos contemplen estas
actividades de ocio, como estrategias y recursos facilitadores de su
“recuperación” después de su jornada de aprendizaje al integrar los planos físico,
intelectual y emocional.